Los laboratorios productores de medicamentos no gozan de buena fama entre la población; se le adjudican prácticas abusivas y precios caros .Diferente pareciera ser la visión que el público tiene de las farmacias, al menos de aquellas pequeñas que se las suele identificar con el tradicional farmacéutico de pueblo que goza aún de prestigio social y es casi un “servidor público”.
No siempre sin embargo las farmacias pequeñas o que “pareciera” que no integran grandes cadenas son actores individuales del mercado, al menos en las grandes ciudades. Aún muchas farmacias de pequeñas ciudades y villas, cuyos dueños son el tradicional farmacéutico de pueblo, integran cámaras y asociaciones buscando oponer a los laboratorios poder y capacidad de negociación. Y como consecuencia asumen, voluntaria o involuntariamente, conductas anticompetitivas que perjudican finalmente al consumidor. Esto no quiere decir que la conducta de la farmacia que a continuación relatamos no sea una reacción colectiva y coordinada a actitudes similares de los laboratorios. Sea cual fuere la explicación, lo concreto es que las farmacias asumen también conductas anticompetitivas que perjudican a los consumidores. Sigue leyendo