Los recientes aumentos de las empresas de medicina prepaga autorizados por la Superintendencia de Salud generaron múltiples discusiones que llegaron incluso a los más altos niveles del gabinete nacional. Los sectores aludidos respondieron que los aumentos se producían para recuperar atrasos anteriores. Las críticas apuntan a los aumentos del servicio de las prepagas. Las críticas olvidan los efectos negativos de los controles de precios sobre los otros componentes del servicio de medicina prepaga; entre ellos, la calidad y las retribuciones de los otros sectores involucrados que tienen pocos mecanismos de defensa,
La dinámica de los precios de la medicina prepaga muestra que los intentos por reprimir sus aumentos desde el poder regulatorio tarde o temprano deben relajarse, autorizando actualizaciones para evitar que el sistema colapse. De ahí que a una fase de crecimiento lento, por debajo del nivel general, le suceda una fase de recuperación creciendo por encima del nivel general de precios del Indice de Precios al Consumidor del INDEC (IPC)
Los precios de la medicina prepaga experimentaron durante los primeros meses de la pandemia un retraso significativo, aunque luego comenzaron a recuperarse, creciendo más rápido que el nivel general del IPC. Desde 2021 vienen recuperando posiciones y desde fines de aquél año están creciendo por encima del 60 % interanual, superando al nivel general del IPC, registrando en el mes de agosto una variación interanual superior al 100 %.
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