La drástica caída en la participación económica de la población en los últimos cinco años es un hecho tan destacable como el reducido nivel de la tasa de desempleo observado, menor al 8 % de la población económicamente desde el año 2010 según la Encuesta Permanente de Hogares relevada en las 31 ciudades más importantes del país; e igual al 6,6 % según el último relevamiento del segundo trimestre pasado. Pero si la baja tasa de desempleo es una buena noticia, la caída en la participación de la población en el mercado de trabajo tiene el signo contrario. Una baja proporción de desempleados de una población que tiene un bajo nivel de participación en las actividades económicas puede estar escondiendo profundas dificultades del mercado de trabajo.