El financiamiento de los presupuesto provinciales se asienta en dos pilares: a) impuestos que recauda la Nación y que luego se distribuyen de acuerdo a normas y leyes dictadas por el Congreso, la denominada Coparticipación Federal de Impuestos; y b) impuestos que recaudan las propias provincias de acuerdo a sus facultades constitucionales que incluyen, entre los más importantes, impuesto a los ingresos brutos, impuesto inmobiliario, impuesto automotor e impuesto de sellos. Otro recurso importante para algunas provincias son las denominadas regalías: un ingreso que perciben por el valor generado por la explotación de recursos naturales en sus territorios, v.g. petróleo, gas, otros minerales, represas hidroeléctricas, etc.; las regalías son un recurso muy importante para algunas provincias: Chubut, Mendoza, Neuquén, Rio Negro, Santa Cruz y T. del Fuego
El sistema de Coparticipación Federal de Impuestos es del tipo redistributivo que distribuye los recursos que recauda la Nación en base a criterios “progresivos” que asignan proporcionalmente más recursos a aquellas provincias más rezagadas y de menor grado de desarrollo relativo. Y esto las libera en gran medida y a un número importante de Provincias de recaudar sus propios impuestos, tarea “ingrata” que tiene además un elevado costo político. De manera que un conjunto importante de provincias reciben recursos con costo político casi nulo y sólo tienen que preocuparse en gastarlos. Más aún, cuando los impuestos provinciales son en gran medida impuestos visibles que impactan directamente y en forma inmediata y por ello son resistidos en mayor medida por la población: el impuesto inmobiliario, el impuesto automotor y, en cierta forma, el impuesto de sellos. El impuesto sobre los ingresos brutos, el principal impuesto de jurisdicción provincial, es en cambio un tipo de impuesto “oculto” que los contribuyentes lo incluyen en el precio de venta y que, en consecuencia, es transferido a los consumidores en el precio del producto o servicio sin que directamente sea percibido su carga.
Y entonces resulta que hay siete Provincias que financian más del 70 % de lo gastan con recursos que provienen de Impuestos que recauda la Nación: San Luis (72 %), Catamarca (73 %), Chaco (73%), La Rioja (74 %), Corrientes (75 %), Santiago del Estero (79 %) y Formosa (80 %). Y si se individualiza a aquellas Provincias que financian más del 50 % de su presupuesto con recursos que provienen de impuestos que recauda la Nación, se agregan a aquella lista 10 Provincias más. Incluyendo en el análisis a las Provincias que tienen en las regalías un recurso importante para financiar su presupuesto, la nómina resulta integrada por Neuquén (28 % de su gasto se financia con regalías), Chubut (26 %), Santa Cruz (28 %), Mendoza (7%), T. del Fuego (11%) y Rio Negro (10%).
En el otro extremo quedan dos jurisdicciones que financian el grueso de su presupuesto con sus propios impuestos y en las que los recursos que provienen de impuestos que recauda la Nación representan una mínima proporción de su gasto: la Ciudad de Buenos Aires (23 %) y la Provincia de Buenos Aires (23 %)
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