El presupuesto del Estado Nacional destinado a fines sociales no para de crecer y los reclamos por mayor presupuesto aplicado a este fin tampoco. Algo está pasando: a) el deterioro de la situación económica se está agudizando aunque los indicadores macroeconómicos indiquen lo contrario; b) las erogaciones con fines sociales no están llegando a destino o no cumplen su cometido; o c) los reclamos están guiados por una lógica difícil de desentrañar. La explicación deberá buscarse tal vez, como siempre ocurre en cuestiones sociales, en múltiples causas. Lo concreto sin embargo es que el Estado Nacional prevé destinar en el corriente año con fines sociales $ 1.534.002 millones, el valor más elevado de la historia usando cualquier tipo de comparación: representa el 64 % del total del presupuesto nacional, valor que era del 60 % en 2007, 56,4 % en 2011, 60,2 % en 2015 y 56,1 % en 2016. Es a su vez el 15,3 % del PBI siendo que en 2007 representaba el 9,5 %, en 2011 el 11,7 %, en 2015 el 14,7 % y en 2016 el 14,9 %.
Descontando la inflación el valor del corriente año destinado a fines sociales es también significativamente más elevado en términos reales que en el pasado: 70 % mayor que los valores del año 2007, 27 % % más elevado que en 2011 y 5 % por encima de los registrados en 2015/2016. El concepto fines sociales incluye múltiples funciones en el presupuesto (jubilaciones, pensiones, ayuda social, salud, educación, ciencia y técnica, trabajo, vivienda, alcantarillado y agua potable ) aunque las tres cuartas partes de este año, $ 1.143.687 millones, se destina a seguridad social (jubilaciones, pensiones, seguro de desempleo, asignaciones familiares de activos, asignación universal por hijo, ayuda escolar, pensiones excombatientes, pensión universal para el adulto mayor, transferencias a cajas provinciales, etc.) y un 3 %, $ 43.923 millones, a promoción y asistencia social (apoyo al empleo, asistencia alimentaria, proyectos productivos, desarrollo comunitario, soluciones habitacionales). Entre ambos conceptos se llega a $ 1.200.000 millones, la mitad del total de los gastos del Estado nacional. Destacable también es su evolución respecto del año pasado, muy por encima de cualquier medición de la inflación: los gastos en seguridad social del corriente año en efecto crecen un 30 % y los destinados a la Promoción y Asistencia Social aumentan más del 55 %.
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Deberían ocuparse de combatir el deficit de una vez