Publicado en El Cronista del 6 de abril
La carga tributaria sobre el servicio eléctrico es otra faceta de la problemática actual que tiene a las tarifas y los subsidios como cuestión central. Pero los impuestos y tasas no son un problema menor. Son muchas veces una carga altísima sobre la factura. Todos los niveles de gobierno gravan el suministro eléctrico y hay provincias y municipios que imponen múltiples cargas con los “fines” mas diversos: financiar obras de infraestructura, pagar jubilaciones de la caja provincial, comprar medicamentos de los hospitales, financiar el combate a los incendios, construir viviendas, apoyar al asilo de ancianos de la Ciudad, etc. Una factura de electricidad puede llegar a detallar en muchos casos mas de diez gravámenes. En otros, unos pocos tributos pero de elevada alícuota pueden dar lugar al mismo fenómeno: carga tributaria elevada. ¿Y si ante la suba de tarifas Nación, Provincias y Municipios comparten una reducción de los impuestos? Porque la suba de tarifas eléctricas reduce el déficit de la Nación pero también aumenta automáticamente la recaudación de los impuestos y contribuciones sobre el consumo eléctrico que perciben Provincias y Municipios. La carga tributaria total sobre el consumo eléctrico de las familias sobrepasa en muchas ciudades el 60 % de la facturación básica ( cargo fijo y kilowats suministrados). El Alumbrado Público (AP) es un caso especial: un servicio que directa o indirectamente ofrece el Estado a cambio de una tasa o precio que requiere transparentar su costo de prestación cuantificando no sólo la energía necesaria sino también el costo de reposición de lámparas y mantenimiento de la red. Los estudios de costo nunca se conocen y en muchos casos la tasa de alumbrado público se convierte en un impuesto encubierto. La factura de Edesur que recibió un hogar del Gran Buenos Aires en enero pasado sumaba $ 170 y detallaba: $ 100 de tasa de alumbrado público, $ 50 por servicio eléctrico de 350 kwh bimestrales neto de los subsidios y $ 20 por todos los otros impuestos (nacionales, provinciales y municipales que suman el 44,16 % de la factura básica). La reducida tarifa exagera la incidencia de la tasa de alumbrado público pero, aún aumentando esa tarifa un 500 %, la carga tributaria total alcanzaría casi el 80 % de la factura básica y el alumbrado público sobrepasaría el 30 %. La Ciudad de Paraná, como muchos otros municipios del país, es otro ejemplo: los impuestos y tasas pueden llegar al 70 % de la facturación básica y la empresa distribuidora de electricidad recibir sólo el 52 % de lo que paga el usuario, el Municipio el 26 % , el Tesoro Provincial el 12 % y la Nación el 10 %.
Excelente info, bien detallada, gracias por compartirla