Publicado en El Cronista
El 24 de Abril de 2014 el Indec comunicaba la discontinuación de la serie histórica de medición de la pobreza y e indigencia argumentando que existían “…severas carencias metodológicas, sumadas al hecho de la discontinuación del IPC-GBA y la imposibilidad de empalme con el nuevo Indice de Precios Nacional Urbano”. Se perdió así una estadística que se calculaba desde 1988. El argumento del Indec es una excusa para no admitir que las estimaciones que estuvo difundiendo hasta ese momento subestimaban el problema. El último dato que publicó, correspondiente al primer semestre del año 2013, mostró cifras irrisorias: sólo 4,7% de personas eran pobres y 1,4% eran indigentes. No hay dudas de que la pobreza descendió muchísimo desde aquel 54% de pobres y 27,7% de indigentes que el Indec registró en el primer semestre de 2003. Lo que sí está en discusión sin embargo es, primero, que la reducción haya tenido semejante proporción; segundo, que la pobreza tuviera la reducida magnitud que el Indec estimó en su último dato del primer semestre 2013; tercero, cual es el impacto de la aceleración de la inflación sobre la pobreza y la indigencia. Lo más importante sin embargo es lo obvio:
¿Cuánto es la pobreza hoy? El Estado debe responder. Hay una virtual unanimidad en que el Indec subestimó en el pasado el problema porque utilizó precios erróneos de los alimentos que le permitieron deprimir artificialmente las líneas por debajo de las cuales se ubica a una persona como indigente o como pobre. Este problema alumbró cuando el Indec comenzó a manipular el Indice de Precios al Consumidor allá por Enero de 2007. Pero si bien existe casi unanimidad en este diagnóstico, el debate en torno a la magnitud y la tendencia de los últimos años permanece controvertido. El Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA estimó para fines de 2013 que la pobreza alcanzaba como máximo al 27,5% de las personas y la indigencia al 5,5%, utilizando estimaciones propias de los precios y una encuesta propia.
El CIFRA, Centro de estudios de la CTA orientada por Hugo Yasky, concluyó en base a la misma metodología del Indec y sus propias estimaciones de precios que la pobreza involucraba en 2013 al 17,8% de las personas y la indigencia al 4,2%. El Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz liderado por Andrés Asiain, finalmente, estimó con la misma metodología del Indec pero usando precios diferentes de los componentes de la canasta alimentaria que la pobreza alcanzaba en el segundo semestre de 2013 al 13,2% de las personas y la indigencia al 4%.
Es necesario entonces que el Estado argentino reasuma su obligación de medir la pobreza y la indigencia. Es perentorio asimismo que su gobierno garantice que dichas mediciones se hagan correctamente y de acuerdo a las prácticas estadísticas universalmente aceptadas.
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